miércoles, 13 de mayo de 2009

Amigos

Trato de cuidar a mis amigos, a los pocos que me quedan que parecen serlo. Pero se torna difícil, cuando un amigo tiene un problema, uno trata de ayudarlo si puede, dar una mano, una palabra y hasta a veces animarse al agravio del consejo del que piensa que sabe y tiene derecho porque conoce la persona y la situación.
Entonces nuestro amigo puede enojarse porque uno se mete donde no le importa, o puede elegir no darnos cinco de bola, generalmente los amigos que nos quieren no dejan de ser amigos porque tratemos en vano de arreglar sus vidas con soluciones sacadas de las vidas nuestras.
Nos dicen una y otra vez, "son mis hijos", "mis padres", "por más que quiera no puedo hacer nada", "tendrías que estar en mis zapatos". Y tienen toda la razón. Porque, con qué autoridad, por más amor que uno sienta por esa persona, y por más que se la conozca y se sufra por ella; puede uno ir y tratar de arreglarle la vida con nuestras soluciones ideadas desde una perspectiva extraña, desde algo que no se vivió o no se vive.
Se puede apoyar, abrazar, dar palabras de amor y mucho cariño, pero si nuestro más querido amigo decide seguir poniendo los dedos debajo del martillo, lo hará a pesar de nuestras súplicas o consejos o explicaciones de lo que esto puede causarle. Porque después de todo, es su vida, es su dolor y son sus amores.
Y además porque lo más probable es que en su lugar yo hiciera lo mismo, y no tomara opiniones ajenas y siguiera soportando un dolor por tal o cual razón.
No por todo esto deja de dolerme terriblemente la mirada tristísima de una amiga que no encuentra la salida, y se aleja de mí y de todos.
Para salvarse hacen falta dos manos, una que tire y la otra que se agarre.

2 comentarios:

alma dijo...

no lo pudiste decir mejor Danny... si quieren seguir poniendo el dedo debajo del martillo es su vida... pero duele verlas sufrir, tanto como a ellas vernos sufrir a nosotras. Es que de afuera se ve mas claro todo.
Saludos!
Alma.-

danny dijo...

Es verdad, de afuera es más fácil, pero no evitamos sufrir, gracias Alma, saludos