miércoles, 6 de mayo de 2009

Mi ser

El ser que se me parte en dos o más pedazos, que trato de juntar con las manos y volver a pegar pero el rompecabezas nunca me vuelve a dar la imagen primera.
El dolor que sigue adentro mío, conmigo, que no puedo o no quiero dejar ir porque es algo seguro, las personas se van, el tiempo pasa, uno envejece pero sigue pegado a uno, es confiable y a veces tangible, o sino porqué vemos tantas personas autoflagelándose de distintas maneras, sólo para sacar afuera un poco del dolor que hay dentro.
Sé cuáles son los pedazos dispersos los puedo identificar, incluso sé su número y color, lo que no puedo es ordenarles que se peguen de nuevo tal como estaban, será que no soy la misma y tengo que aprender a vivir con pedazos dispersos, algunos que no van a volver jamás, será que tengo que tratar de seguir respirando sin pensar en el dolor y pensando más en el aire que entra en mis pulmones, frío y puro y nuevo.
Duele crecer, crecer es decirle adiós a las cosas que amamos, a lo que sabíamos que éramos una vez, y ya no somos, porque como dice el tango " somos la mueca de lo que soñamos ser "·
Saltar al vacío sin paracaídas, entrar al agua sin salvavidas, eso es crecer, no tengo en claro si es evolucionar, supongo que en algún sentido lo es, aunque cuando miro mi vida en retrospectiva tiendo a dudarlo tanto y prefiero el dolor.
Mis pedazos, mi vida, mis recuerdos y colores, tal vez, dentro de treinta años aprenda a extrañar los que ahora forman parte de mí, si aprendo una vez, a hacerlos míos, tal vez no a amarlos pero a acariciarlos y moldearlos un poco a mí manera, para que no me cueste tanto como me cuesta.

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