martes, 11 de agosto de 2009

Los padres y las paredes


Escucho en la radio un reportaje, la persona dice " los padres son las paredes de nuestra vida ", la frase me pega, no puedo dejar de pensar en ella, la persona del reportaje tiene más de sesenta, y nada que ver conmigo ni con mi vida, pero lo entiendo, me pongo en comunión con él. Sé que ha perdido sus padres, y sé de su dolor. Entiendo la especie de laberinto sin luz de salida en la que se convierte la vida de uno sin los padres, esas paredes, esas carteles de luces que nos van diciendo, no por donde debemos caminar, pero si, que no estamos solos en el camino, que siempre, no importa qué, van a estar ahí, todas las veces que nos caigamos, que lloremos, que necesitemos volver a ser niños que se consuelan con una caricia en la cabeza y un Tatín.

Dónde ir a buscar consuelo si en nuestra vida ya no hay nada incondicional para nosotros, nada que sea un faro en la tormenta, nada. Las parejas, los hijos, los amigos, incluso los hermanos pueden desaparecer en la niebla de sus propias vidas y sus preocupaciones, sin embargo, para nuestros viejos seríamos siempre lo primero y lo último, aunque tengamos nietos.

Un padre está si tenés problemas de chico, de adolescente, de adulto y también esas macanas de muy adulto de las que no podemos salir sin una mano que nos extienda alguien que conoce nuestros mocos mejor que nadie.

Entonces en qué clase de naufragio sin Wilson, nos quedamos cuando se van? A quien le reclamamos o quien nos va a entender las lágrimas. Ya no hay incondicionales, quedamos adultos guachos para siempre, sabiendo que pase lo que pase, siempre estaremos solos de ahí en más.

No hablo de los padres que no actúan como tales aunque la biología diga que lo sean, hablo de ellos, esos que estuvieron siempre, y por más que nos digan que siguen estando, sabemos muy bien que no es así.

No puedo llegar a mi casa y decir - "hola pá"-, no puedo oir la risa, y ya nadie me puede explicar el universo para discutir y llegar juntos a una nueva y maravillosa idea.

Sé que tal vez todo esto suene egoísta, permítaseme un poco de egoísmo, otra de las maneras de recordar, quizá no la más sana, pero cuando no se tiene faros en el mar es difícil encontrar sentimientos nobles en medio de la tormenta.

4 comentarios:

Alicia's Own dijo...

Danny,

es tan cierto lo que escribís! Te juro que yo a veces pienso si realmente se puede sobrevivir a la pérdida de un padre.

mujeresdesincuentay dijo...

Dicen que lo peor es la pèrdida de un hijo ( soy madre y ni me animo a pensar), pero Los Padres !!! que tema .
Saludito Cris // mujeresdesincuentay

Ana dijo...

Es muy cierto lo que decís, y ahi es donde quizás entran las amigas, a llenar ese espacio. Los padres naturalmente se van, los hombres puede que se vayan o no de nuestras vidas, los hijos, esperemos que jamas se vayan antes que nosotros, pero se irán a hacer su vida, pero las amigas quedan, son como hermanas.

pero, es la vida!!!!

saludos, te sigo leyendo

Bandida dijo...

Mira, depende los padres que tengas. Mi mama, por ejemplo, se murio y fue una figura tan violenta (en el sentido de violencia verbal) que no paro hasta separarnos a todo, rompia cualquier lazo amoroso, cualquier vinculo sano, arruinaba buenas relaciones, era terrible.
Cuando murio, lamentablemente fue un alivio para todos. Y se supone que una madre es la figura que mantiene a la familia unida.

Mi papa es la persona que describis en el post. Si el se muere, ahi si que pierdo el rumbo...