miércoles, 17 de marzo de 2010

Muerte en la ciudad

Somos rápidos para juzgar, juzgamos con la misma celeridad una muerte, un programa de televisión o la economía. No importa a quién se pase por arriba, así se arrase con los sentimientos y la vida del más débil, todo es materia opinable.
Un pibe se muere. Nadie sabe bien cómo ni porqué, y hasta hace dos minutos nadie tenía noticias de quién era, pero dos minutos más tarde en el almacén ya todos nos doctoramos en psiquiatría y podemos opinar de cómo pegan las drogas en los jóvenes y porqué los padres no tenían una relación tan estrecha con este pobre tipo.
En la televisión la carnicería es peor, sé que ya tendría que estar acostumbrada a todo esto, pero si hay algo que gracias al cielo no pierdo es la capacidad de asombro, y en este caso es mucha. No puedo creer cómo destripan la vida de alguien en cámara con especialistas de toda índole, hablando de vida licenciosa, de amigos poco confiables y de padres abandónicos. Sé que eso es lo que vende en la tele, pero qué cosa morbosa nos hace seguir el juego, seguir mirando embobados la pseudoradiografía de una vida y luego seguir en el laburo, en la fila del super o en el banco.
Voy sentada en el bondi escuchando estas conversaciones, y mientras trato de inútilmente de abstraerme pienso en el chico, viviendo su vida, tranquilamente, siendo igual y diferente a todos, como todos somos de iguales y diferentes. El dolor de una vida que se va queda empañado por toda este circo caníbal en que nos vemos encantados de estar. Me pregunto que oscuros secretos se develarían o se inventarían si la tragedia me pasara a mí, o al vecino de al lado, al colectivero, o a cualquiera...

4 comentarios:

Alicia's Own dijo...

La verdad es que ese caso me dejó más que sorprendida, sobre todo enterarme que hacía más de 30 días que el chico estaba muerto cuando finalmente el padre lo reconoció.

Es terrible para un padre enterarte que tu hijo murió solo. Después por qué o cómo, bueno, es anecdótico, pero la gente siempre opina y juzga.

Allek dijo...

hola!
te invito a que pases por mi casa
dejare la puerta entreabierta..
te dejo un fuerte abrazo!!!

tercerasalida dijo...

Hola. Ando buscando gente que tal vez puede gustarle lo que empecé a hacer. Te invito a que veas la invitación que hay en mi blog
www.tercerasalida.blogspot.com

Juan

Flor dijo...

Creo que en este caso...es como si el ser humano pareciera utilitario...
Un "objeto"del que hablamos...y la compasiòn de las palabras no tienen piedad,y como dices...se transforma en una carniceria.....