lunes, 9 de marzo de 2009

ellos sin madre

Cuando las tragedias suceden y en este mundo desaparece alguna criatura, todos se ponen en movimiento, el gobierno pone recompensas, los medios no paran de dar noticias de último momento, las redes sociales se movilizan y la gente se solidariza, inclusive algunos lloran, imaginando que esta desgracia podría ocurrirles a ellos y el terrible dolor que esto ocasionaría.
Ni siquiera puedo llegar a imaginar el dolor de que alguien desaparezca de tu vida, sin explicación, y sobre todo si es una criatura, el dolor y el desconcierto deben ir más allá de uno mismo.
Ahora, dicho todo esto, soy testigo, igual que el resto del mundo, de la desaparición diaria de cientos de niños, en todos lados.
En el subte, en los trenes, en las estaciones, en las plazas, en las puertas de grandes negocios. veo chicos, tal vez demasiado chicos, pidiendo, aspirando pegamento en bolsitas, robando alguna cartera al pasar, hurgando en la basura, pasando frío o calor, hambrientos, y por sobre todas las cosas sin amor.
Por estos niños rara vez he oído hablar a alguien, nadie da una recompensa por ellos, a veces alguna moneda, para disimular la culpa.
Sus madres probablemente no sepan que en algún momento desaparecieron, porque tal vez ni siquiera supieron que estaban, estos niños, no tienen documentos, ni vacunas, lo más probable es que ni siquiera sepan su nombre real, o no lo tengan.
No tienen a mami que los espere después de la escuela, ni la leche caliente a a tarde con los dibujitos, ni regalos de cumple, ni navidades, de seguro no van a tener conflictos existenciales de adolescentes, porque quizás ni siquiera lleguen a serlo, o sean convictos para ese entonces.
No quiero plantear ninguna situación política ni nada parecido.
Sólo que esta tarde una madre llorando en la tele por una nena desaparecida, que luego hallaron, y me vino a la mente un nene en la estación Once, durmiendo, pasé a las ocho de la mañana, y a las tres de la tarde seguía en el mismo lugar y en la misma posición, sin que nadie se percatara de su presencia, me dí cuenta que había desaparecido, y me dolió tanto, tanto, tanto, igual que si desapareciera la nieta de mi vecina, a la que veo jugar y crecer sana y fuerte todos los días, y realmente no tengo explicación ni preguntas para este dolor, sólo está.

1 comentario:

alma dijo...

danny aca estoy..entiendo tu dolor.
La mayoria de la gente es así.. pero por suerte no toda. Pienso que si cada uno hiciera un pequeño esfuerzo, que digo? ni siquiera un esfuerzo, algo, por minimo que sea, esas cosas que no cuestan nada, pero que no son para uno, son para los demás. Se cambiaría todo mucho.
Si tenes facebook te invito a participar de un grupo, si tenes ganas..es con el que fui al hospital y se esta armando recien, se trata de eso, de hacer algo pequeño que entre todos puede ser grande. se llama "sumate al cambio". y ahora le hice un blog para publicar las acciones, el blog es: sumatealcambio13.blogspot.com
saludos!