miércoles, 14 de enero de 2009

Depresivos leprosos

El otro día miraba por la tele una película vieja acerca de Jesús, de cómo en ese tiempo y hasta mucho después, tal vez hasta hoy en día, trataban a los leprosos.
No sólo eran marginados, sino que eran corridos a palos y piedras, la gente les tenía miedo y asco y no se les acercaban, hacían comunidades y vivían como podían o sobrevivían.
Las otra noche salí a mi vereda y había un bulto, me acerqué pensando que era basura e iba a ponerla en su lugar, cuando se levantó me miró y se alejó de un salto, se asustó y me asustó; era una perra, no tenía pelo a causa de la sarna, los huesos se le salían por todos lados, y me miraba con terror. Caminé hacia ella y se alejó, fui a buscar ayuda adentro y cuando salimos se había ido más lejos, caminamos llamándola, tratando de no asustarla, ella empezó a correr, no sé cómo podía porque realmente estaba muy débil, seguimos corriéndola pero estaba demasiado aterrorizada y corrió hasta que se perdió de vista. Lloré mucho, no pude ayudarla, pero lo peor fue pensar porqué corrió así. Corrió así, porque estaba acostumbrada a los palos y piedras de la gente que le tiene asco a los perros sarnosos porque piensan que les van a contagiar algo a sus lindos niños con sólo respirar cerca, corrió porque nadie nunca se le acercaba, porque nadie nunca trató de darle ayuda, agua, comida, algo de piedad.
La perra estaba como los leprosos en la antigüedad, ahora hay lepra, pero por lo que sé se trata aunque también están escondidos los enfermos, les seguimos temiendo, aún sabiendo que no es contagioso.
La lepra de nuestros días es la depresión, todos saben que existe, pero nadie quiere estar cerca, ni admitir que la tiene, aunque tampoco se pueda esconder muy bien. No se admite tener parientes depresivos en la casa, ni que hayan estado internados, es mejor decir -" tiene un Transtorno Obsesivo compulsivo "-, antes de decir que está deprimido.
No se sabe de dónde viene esta enfermedad, y aunque hay muchos especialistas tratándola no hay cura, por eso cuando la gente ve un depresivo, se aleja. " a ver si todavía me contagia, a mí me gusta vivir, tengo hijos, yo no sé cómo no tienen voluntad, para mí que es todo para llamar la atención ". Pero igualmente el depresivo se queda sólo, sea donde sea que esté, en el trabajo, en la escuela, en la casa, nadie quiere estar cerca, y no hay que ser un bocho para saber que ésto es peor.
Una vez escuché a una compañera de laburo hablando de su marido depresivo, ella lo había ayudado con otras enfermedades porque él era un hombre mucho más grande, pero la depresión era algo con lo que esta mujer no estaba dispuesta a lidiar- " Soy joven, no puedo estar atada a un tipo que se deprime porque no tiene trabajo, hace un montón que está deprimido, yo no puedo más, ya se lo adelanté "- y se cruzó de piernas, limándose las uñas. Sacó al perro a palos, porque estaba sarnoso, sacó al leproso para no contagiarse, por más amor que hubiera.
Sé que tal vez alguien dirá, es una cuestión de supervivencia, se me quedo cerca me hundo también.
Tal vez así sea, no todos pensamos igual, yo hubiera hecho cualquier cosa por salvar esa perra.

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